Nota: este post está redactado desde una perspectiva totalmente personal. Siempre basándome en hechos y datos reales pero con un análisis propio. Invertir siempre conlleva un riesgo asociado, principalmente si lo haces sin formación.

Libertad financiera. Un objetivo que todos queremos alcanzar. No depender de un trabajo que nos genere ingresos porque ya tenemos un capital suficiente para vivir el resto de nuestras vidas de forma cómoda.

Para ello, hay que adquirir inteligencia financiera. Una competencia que, por motivos «desconocidos», ni nos mencionan en ninguna etapa educativa. Curioso.

Todos estos términos están, de forma directa, vinculados a otro término: inversión. Si quieres tener libertad financiera tendrás que adquirir inteligencia financiera para poder invertir de forma inteligente, valga la redundancia.

Pero antes de realizar cualquier tipo de inversión es entender la situación macroeconómica.

Hubo un suceso importante en la economía reciente, que es lo que sucedió en 2008 que provocó la crisis económica.

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¿Qué pasó concretamente para que esta crisis estallara?

Principalmente fueron dos factores los que hicieron que todo estallase:

  • Una burbuja inmobiliaria.
  • Crisis de la subprime.

¿Y qué es una subprime? Las subprime eran hipotecas concedidas que difícilmente iban a poder pagarse. Este producto comenzó a venderse a altos precios, cuando en realidad no valía nada.

Todo esto desembocó en los cracks de las entidades bancarias estadounidenses Bear Sterns y Lehman Brothers. Fue el inicio de un efecto dominó que afectó a la economía mundial.

¿Qué soluciones se tomaron?

Por un lado se tomaron medidas gubernamentales, tales como los rescates de países y de entidades bancarias.

Por otro lado se alteró la política monetaria, principalmente aumentando el QE (impresión y colocación de monedas en el sistema) y de la disminución del tipo de interés.

Esta inyección de liquidez vino acompañada de la facilitación del crédito para las empresas.

La política era, desde un punto de vista de lo que se pretendía conseguir, adecuada. Se buscaba que las empresas tuvieran crédito y liquidez para invertir en negocio y así que estas crearan ingresos, contratasen personas, generasen PIB, etc.

Pero… ¿cuál fue la realidad?

¿Por qué no funcionaron del todo las soluciones?

Las empresas se endeudaron para comprar sus propias acciones, provocando así, una subida de precio de estas y generando así confianza en inversores. Esto se conoce como Buybacks.

De esta forma, se inyectó dinero al sistema bursátil, haciendo que las valoraciones de las empresas subieran por encima de su valor real. Así, aparecen muchas empresas sobre endeudadas. Esta es la tónica general de las empresas hoy en día.

¿Qué consecuencias ha tenido todo esto?

Como te comentaba, hay un alto número de empresas sobre endeudadas. Pero además, todo esto también ha resultado en:

  • Pérdida del valor de la moneda.
  • Sistema dependiente del QE y de los tipos de interés.
  • Burbujas bursátiles.

Esto se entiende mejor si comparamos, por ejemplo, el índice S&P con el crecimiento del PIB español o americano. Mientras el primero sube a toda leche, pese a la crisis sanitaria y económica que estamos viviendo, el crecimiento del PIB de estos países (y otros muchos) se limita un rango de entre el 2 y el 4 %. Un claro desfase que nos indica que algo anda mal. Un claro desfase que señala que el índice está sobrevalorado.

En los gráficos, las altas fluctuaciones del final corresponden primero a los efectos de la pandemia, con una caída de hasta el -30 % para luego recuperar con una subida de la misma escala, aproximadamente.

En el resto de los gráficos se aprecia como en los últimos años, pese a que el índice S&P 100 subía como la espuma, el incremento del PIB español y estadounidense se mantenía por debajo de un 2,5 %.

¿Podrán salvarnos de nuevo los estados?

Puede que sí, puede que no.

De lo que no hay duda es que la situación es mucho más oscura que cuando estalló la crisis de 2008.

El endeudamiento de los gobiernos se ha disparado y está en unos niveles muy alarmantes. Tanto el endeudamiento del gobierno estadounidense como el del gobierno español están por encima del 100 % respecto al PIB nacional.

Otros países, como Italia, Portugal o Japón, están incluso más endeudados que España. No es una situación, por tanto, extraordinaria de un par de países. Es algo global.

El crecimiento de la deuda total (estatal, privada y personal) en Estados Unidos es del 400 % del PIB. Una auténtica locura.

En 2008, pese a que España tenía un endeudamiento en torno al 40 % del PIB nacional, los países que realmente tiraron del carro fueron los emergentes, con China a la cabeza.

Pero ahora, la economía china está estancándose. Allí hay una posible burbuja inmobiliaria y es más que posible que el país esté endeudado. Esto no es posible saberlo a ciencia cierta porque hay poca transparencia en este país.

Pero es que, además, antes de la crisis sanitaria provocada por el Covid19, China y Estados Unidos se encontraban en plena guerra de divisas.

Entonces, ¿Cómo lo arreglamos?

Lo primero que hay que hacer es entender el origen del problema.

¿De dónde viene todo este desfase entre PIB y los índices bursátiles?

Todo esto viene arrastrándose desde 1971, cuando Nixon, presidente de los Estados Unidos por aquel entonces, decidió abandonar el patrón oro. A partir de ese momento, el dólar sería el nuevo patrón monetario.

Pero hay una diferencia fundamental entre el oro y el dólar. El primero es limitado y el segundo no. Hoy en día las máquinas de imprimir billetes están echando humo. Y no es la primera vez. ¿Te suena el término inflación? Pues eso.

Este capitalismo radicalizado, llamado Neoliberalismo, está en un punto de codicia máxima. Esta codicia es la que lo está llevando a su inestabilidad y, previsiblemente, a su final.

El sistema está enfermo.

Cambio de modelo

Todo tiene su principio y su final. Y, en mi opinión personal, el capitalismo, tal y como lo conocemos, está en su ocaso. Está demostrado que el sistema está roto. No funciona como debería.

Diversos economistas presentan diversas soluciones. Hay quien aboga por volver al patrón oro. Volver a 1971 y deshacer lo hecho. Es una posibilidad, pero requeriría de un consenso a nivel mundial difícil de alcanzar.

Y en toda esta locura aparece el Bitcoin y el Blockchain. Un sistema nuevo y descentralizado. Un sistema que muchos dicen que pasará a ser el eje vertebrador del nuevo modelo económico más pronto que tarde. Este servidor, desde su máxima humildad, opina que así será.

Los grandes poderes de la humanidad (gobiernos, bancos, iglesia, etc.) siempre se han opuesto a grandes revoluciones. Pero nunca han conseguido frenarlas, simplemente retrasarlas.

¿Y tú? ¿Qué opinas al respecto? ¿Piensas que se salvará el sistema capitalista actual o que habrá un cambio de modelo? ¿Hacia qué modelo crees que iremos? Te leo en los comentarios.